La lucha contra armamentos desconocidos podría ser uno de los frentes principales de combate de auténticos partidos revolucionarios del futuro. La izquierda en el siglo XX pretendió ignorar estos macabros asuntos. Ni siquiera admitió la sospecha, cuando lo pertinente es adelantar primero una investigación y luego llegar a algunas conclusiones.
Desde nuestro blog alertamos en cuanto a algo muy difundido: la acción de campos electromagnéticos sobre el cerebro, su uso generalizado a nivel planetario y su perfeccionamiento en los últimos 50 años, dado que comenzó a mediados del siglo XX a través de los experimentos del prograna MK-ULTRA de la CIA. Estos armamentos de demolición mental afines a la guerra psicológica selectiva, grupal y masiva -han facilitado enormemente la acción de las fuerzas más tenebrosas que operan en el mundo, o sea, las fuerzas del imperialismo internacional liderizado por USA.
Estas fuerzas de la dominación necesitan aislar a todo cuadro revolucionario. La eficacia del armamento se reduce de modo considerable ante un colectivo autoconsciente. La unidad en un colectivo, la vida grupal organizada, actúa como un escudo máxime si los integrantes están en conocimiento (socializado) de que estos armamentos son operados por las fuerzas represivas en cualquier parte del mundo. La unidad es una lucha, hay una lucha por mantenerse en un colectivo pues las temibles fuerzas de represión "caza-colectivos" detectan los grupos para destruirlos o manipularlos.
Los campos electromagnéticos, rayo transcraneal, etc., se manifiestan en formas parecidas al "hipnotismo a distancia", transmisión de la voluntad a distancia, etc. Tanto más radicales sean los objetivos de los colectivos mayor debe ser su hermetismo operativo, estableciendo las máximas medidas de seguridad, ocultamiento, clandestinidad.
El sistema MK-ULTRA de la CIA ha convertido a todo el planeta en un campo de concentración donde funcionan operativos para capturar la mente de las víctimas. Tas Pi Yao.
