martes, 2 de noviembre de 2010

26. FRANCIA HOY: SURGIMIENTO DE CONSEJOS OBREROS REVOLUCIONARIOS


Desde hace unos 10 días consideramos la posibilidad de que el oleaje de lucha de clase del proletariado en toda Europa condujera indefectiblemente a la aparición de Consejos Obreros. Estos brotes son inexorables en medio de una crisis total de desgarramiento de la sociedad burguesa, cuando el monstruoso sistema capitalista es enteramente insostenible. Desde luego, el proceso de constitución consejista implica una fase previa que fue analizada por Pannekoek en su trabajo "Acciones de masas y revolución". El auge de las luchas de masas es el método para la generación de fuerza proletaria. Estas luchas se han ido extendiendo y se profundizan en su combatividad. La arremetida del Capital Monopolista Internacional contra la clase obrera europea parece que se basó en un cálculo despectivo defectuoso. Apareció incluso abiertamente como una provocación. Creyeron que un pequeño sector iba a protestar y rendir y derrotar a las amplias masas tras un "cansancio" histórico prefabricado. Este no ha sido el caso. Inmensas multitudes proletarias se han lanzado a las calles en numerosos países de Europa. Los estudiantes de educación media y los estudiantes universitarios también han participado directamente en las grandes luchas y manifestaciones, huelgas, paros, movilizaciones. Este ambiente de lucha no puede sino profundizarse. Las extensas masas ven al Estado y al Capital como un enemigo implacable, mortal, amenazante. Ven al orden burgués, al sistema capitalista, como un régimen dañino, esclavizador, hambreador, injusto, absurdo, que no tiene verdadera razón de ser. La fuerza del proletariado ha ido aumentando a través de las acciones de calle y de las huelgas.

La dinámica de lucha ha comenzado bajo formas de organización que tendrán que ser sobrepasadas sin afectar la unidad de masas. La clase proletaria tiene que asumir directamente la dirección de la sociedad. Esto no tiene nada que ver con la "toma del poder". No se plantea asumir el poder del Estado existente sino que las tendencias profundas emancipadoras de las masas proletarias plantean que la salvación viene de las grandes multitudes orientadas hacia otra forma de existencia social y otro tipo de poder que no puede corporizarse en la forma del Estado. Un nuevo modo de producción -el socialismo o comunismo- que garantice las condiciones de vida no admite ningún tipo de Estado sino la Comuna revolucionaria formada por sistemas de consejos o comités obreros revolucionarios. En este sentido el Estado capitalista, última forma de existencia del Estado, es destruido y abolido. Su sustitución corresponde LA DEMOCRACIA DE CONSEJOS OBREROS REVOLUCIONARIOS, en tanto órganos colectivos para la dirección completa de la producción y distribución de bienes y servicios por parte de las grandes multitudes de la clase proletaria.

Aunque sea inevitable no basta la salida de este o aquel presidente. Es todo el sistema capitalista el que debe ser socialmente demolido en la creación de un nuevo orden social controlado desde las bases consejistas, impidiendo que cualquier burocracia pretenda montarse en un poder por encima de las masas.

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